El derecho a la educación es como todos los derechos humanos, es universal y se aplica de todas las personas, independientemente de su edad. Por tanto, el derecho internacional, los objetivos de la educación incluyen el pleno desarrollo de la personalidad humana y del sentido de su dignidad y capacitar a todas las personas
para participar efectivamente en una sociedad libre. Actualmente, la educación de adultos, particularmente la educación no formal, incluidos los programas de alfabetización, suele ser el nivel de educación que más déficit acusa en su financiamiento. En tanto, que la educación de personas adultas es un pilar fundamental para el desarrollo personal y social, permitiendo la adquisición de nuevas competencias, la mejora de la calidad de vida y la integración en un mundo cada vez más cambiante.
De ahí que, en 1976, la Conferencia General de la UNESCO aprobó en Nairobi la Recomendación sobre el desarrollo de la educación de adultos que consagró el compromiso de los gobiernos para promover la educación de adultos como parte integral del sistema educativo, en la perspectiva del aprendizaje a lo largo de toda la vida. Por consiguiente, el aprendizaje y la educación de adultos se sitúan en el centro de un cambio necesario de paradigma hacia el aprendizaje a lo largo de toda la vida para todos como marco coherente y significativo para la provisión y práctica de la educación y la formación.
En este sentido, se debe tomar en cuenta que los adultos aprenden de forma diferente que los niños por diversas razones como son la experiencia previa, motivación, estilos de aprendizaje, desarrollo cognitivo y emocional entre otros.

Publicado: 2025-06-03

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