En el contexto actual, la transición de una educación en línea a la presencialidad ha traído diversos panoramas en la vuelta a clases, la utilización de la tecnología para continuar con el proceso educativo, sirvió para interactuar entre sus actores, donde interaccionaban a través de pantallas, muchos se ocultaban detrás de ellas para no ver al docente y/o a sus compañeros, intervenían en un instante de la clase con cámara apagada sin saber el resto con como se sentía esa persona, en muchos casos ni intervenían con cámara apagada, solo aparecía un nombre en su pantalla.
Hoy en día, en vísperas de retomar actividades normales, luego de dos años estando con distanciamiento físico, surgen nuevas formas de interactuar. De allí que, algunos ejemplos de cómo la educación se está transformando, son las nuevas metodologías como el aula invertida, una de las innovaciones más atractivas para las nuevas generaciones.
Ya que este enfoque permite que el estudiante pueda obtener información sin la presencia física de un profesor, utilizando las TIC ́s para estudiar, antes de la clase, los contenidos correspondientes, para construir aprendizajes de forma autónoma, socializada e integrarlo a su realidad. Ahora, en la presencialidad hay que retomar normas de convivencia e interacción entre los miembros de la comunidad educativa, por lo cual, se hace necesario adaptarse al contacto cara a cara, compartir espacios, ideas y hasta útiles escolares. En este sentido, para el establecimiento de relaciones armónicas, se deben tomar en cuenta las herramientas usadas en la educación virtual combinadas con las ya conocidas pero adaptadas a la realidad cambiante que enfrentamos en la presencialidad.
Algunas de ellas serían, crear y administrar mecanismos efectivos para la incorporación y participación de las familias, con el fin de que se incentive y fortalezca el involucramiento de los padres en las experiencias escolares de sus hijos. Organizar espacios de trabajo virtual y cooperativo, donde sea factible generar comunicaciones pedagógicas de los estudiantes con el profesor y entre ellos. Generar espacios de intercambio remoto entre escuelas o grupos de estudiantes que se encuentren en lugares distantes geográficamente, pero que compartan intereses o proyectos comunes. A través de plataformas de video conferencia se posibilita el trabajo cooperativo y la experiencia de colaboración remota. Este último, también puede ser utilizado para intercambios entre colegios y/o universidades.
